Disautonomía
Los básicos de la disautonomía, disfuncion del sistema nervioso autónomo
El sistema nervioso autónomo es el encargado de regular todas y cada una de las funciones automáticas e indispensables para la vida como: presión sanguínea, ritmo cardíaco, respiración, circulación, digestión, temperatura, ciclos del sueño, hormonales, etc.
La disfunción del sistema nervioso autónomo se le conoce como disautonomía, una enfermedad poco conocida, invisible, crónica y discapacitante; pues la mayoría de las veces interfiere con la vida cotidiana del paciente, limita en su integración a la vida social y laboral, por lo cual llevar una vida normal puede llegar a ser todo un reto, en especial cuando la actividad más sencilla, como ponerse de pie, implica un gran esfuerzo.
La disautonomía no es una alteración rara, existen más de 70 millones de personas que la padecen a nivel mundial, el 90% son mujeres y los síntomas inician en su mayoría antes de los 18 años. Desafortunadamente las estadísticas indican que se toma alrededor de 5 años para que una persona tenga el diagnostico oficial, la mayoría de las veces se piensa que los síntomas son debidos a estrés o por alguna alteración psiquiátrica, y muchos son sometidos a tratamientos antidepresivos por años antes de llegar a su diagnostico.
La mayor parte de las personas con disautonomía pasan por diagnósticos erróneos antes su diagnóstico tales como como síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, depresión, estrés postraumatico, entre muchas otras.
Los síntomas son muchos y como el problema está en el encargado de las funciones involuntarias, se involucran múltiples sistemas, pudiendo ser:
Hipotension (presion arteral baja) o hipertensión (presión arterial alta)
Taquicardia (frecuencia cardíaca >120lpm) / bradicardia (FC<60lpm)
Dolor en pecho
Alteraciones en la temperatura (fiebre o hipotermia)
Alteraciones digestivas (estrenimiento, diarrea, náuseas, vomitos)
Dolores de cabeza, mareos, insomnio, desmayos frecuentes,
Fatiga , Brain fog (neblina mental )
Entre muchos otros.
Para ser diagnosticado es necesaria la mayoría de las veces de un neurólogo y/o cardiólogo; el estudio por excelencia es la prueba de inclinación o tilt test, una prueba especializada en la cual se monitorea la presión arterial y frecuencia cardiaca al cambiar de posición (acostado y a 70% de inclinación), la mayoría de las veces antes de llegar a pedir dicha prueba se realizan otros estudios mas comunes para descartar otras alteraciones. Sin embargo no es el único estudio diagnostico para esta condición, existen otras pruebas que se practican en clinicas especializadas de alteraciones autonómicas como pruebas de sudor, neuroencefalogramas, etc.
Una vez que tienes el diagnóstico, el objetivo controlar los sintomas, siempre intentando llevar un tratamiento conservador el cual consiste en una Dieta alta en sodio, si leíste bien, alta en sodio, aquí se recomienda agregar sal extra a todas las comidas, y elegir alimentos con alto contenido de sodio, la dosis de sodio debe de ser individualizada pero en general va de los 3 a los 10 gramos de sal extra al día.
Mantener hidratación con electrolitos. Para las personas con disautonomia el agua no es suficiente, se tiene que asegurar el aporte de electrolitos: sodio, potasio, magnesio, calcio y cloro por lo que la mejor manera de mantener la hidratación es con suero.
Medias de compresión. Las medias de compresión ayudan al retorno de la sangre de piernas hacia la cabeza. Existen calcetas hasta la rodilla, medias hasta medio muslo y medias completas, en lo personal las más cómodas son las calcetas hasta la rodilla, sin embargo las mas recomendadas son las completas, en especial para personas que manejan la presion arterial extremadamente baja.
Evitar extremos de temperatura, ni muy caliente ni muy frío, estar mucho tiempo de pie, evitar caminatas largas y cambios de altura.
Realiza ejercicio. Empieza de a poco y elige ejercicios que se puedan hacer en el suelo, como yoga o Pilates.
Evitar deshidratación, aquí entra la cafeína y alcohol, por lo que si vas a consumir alguna de las mencionadas tienes que compensarlo con más sodio y otros electrolitos.
Hay veces que el tratamiento conservador no es suficiente y es necesario iniciar con tratamiento médico, lamentablemente existen distintos tipos de disautonomias así como grados de intensidad por lo que no existe in tratamiento específico para todos, cada caso se tiene que individualizar, y muchas veces puede tomar tiempo en encontrar la dosis y medicamento correcto.
Ayuda a hacer visible esta enfermedad, compartiendo ésta información, la concientización sobre este padecimiento facilita la integración y la empatía hacia quiénes la sufren.